Una lista de palabras que se queda corta para describir lo que fue y sigue siendo el gran músico tanzano Farrokh Bulsara, más conocido como Freddie Mercury. Fuente de inspiración para miles de personas. Admirado y querido alrededor del mundo por una legión de fans interminable, antiguos, y nuevos, sumándose cada día más a dicha adoración. Lo que hace que aunque no ande entre los vivos, brille entre ellos y siga presente día tras día entre todos los que amamos su obra.
lunes, 5 de septiembre de 2011
Legado
Una lista de palabras que se queda corta para describir lo que fue y sigue siendo el gran músico tanzano Farrokh Bulsara, más conocido como Freddie Mercury. Fuente de inspiración para miles de personas. Admirado y querido alrededor del mundo por una legión de fans interminable, antiguos, y nuevos, sumándose cada día más a dicha adoración. Lo que hace que aunque no ande entre los vivos, brille entre ellos y siga presente día tras día entre todos los que amamos su obra.
martes, 9 de agosto de 2011
¿Felices y comiendo perdices?
Ese es el estado ideal de final de cuento de hadas que todos deseamos, pero que pocos afortunados pueden pregonar. Y es que, ¿por qué es tan difícil ser feliz?. ¿Somos demasiado inconformistas?. ¿Nos preocupamos demasiado de lo innecesario?. ¿Es el propio egoísmo y la avaricia lo que nos sume en la amargura y tristeza de no conseguir aquello que queremos?. Son preguntas que me he hecho a lo largo de mi vida, dejando atrás desgracias y desdichas varias, nunca me he sentido plenamente feliz. Siempre me ha faltado algo. Como se dice vulgarmente, siempre he cojeado de una pata. Nunca he sido capaz de decir alto y claro: “¡soy feliz!”. Con el pleno convencimiento de que realmente lo soy al cien por cien.
viernes, 1 de julio de 2011
Efímero
Se dice por ahí que todo es pasajero. Todo tiene un nacimiento, una vida y una muerte. La relaciones humanas no son una excepción, pero no somos conscientes de ello hasta que esa muerte se produce efectivamente.
Cuando una persona consigue hacerse un hueco en nuestras vidas y llegamos a considerarla parte de nosotros, no nos paramos a pensar en que quizá mañana ya no estará. Cuando confiamos en alguien que confía en nosotros, pensamos que eso va a ser para siempre. Nadie espera que un ser querido le traicione, le abandone o le decepcione. Tú me quieres y yo te quiero. ¿Qué puede estropear eso?
Las pequeñas cosas del día a día nos van desgastando hasta el punto en que nos cuestionamos si realmente queremos a esa persona en nuestra vida. ¿Me llena? ¿Estoy dispuesta a soportar todo esto? Hay una frase que me parece muy dura, pero completamente sincera: "no soy responsable de las expectativas que has puesto en mí". Cuando esperas algo de una persona, convencida de que puede dártelo y no lo hace... No es culpa suya. Dicen que quién siembra recoge, aunque a menudo tenemos la sensación de estar recibiendo mucho menos de lo estamos dando. O de lo que creemos dar.
Cuando "lo malo" de una persona supera con creces a "lo bueno", quizá es el momento de plantearte un cambio. Cuando quieres a alguien, lo haces aceptando lo que no te gusta, los pequeños defectos, perdonando los errores y olvidando cuando es necesario. Pero en ningún caso es suficiente con querer a alguien. Yo puedo contar con los dedos de una mano a las personas a las que quiero tanto y me llenan de tal forma que podría soportar o perdonar prácticamente cualquier cosa que hicieran. Esas en las que confío ciegamente y sé que ni el tiempo ni la distancia podrá destruirnos. No creo en la eternidad, pero confío en algunas cosas llegan a su fin sólo con tu propia muerte.
De todo se aprende. De cada error, de cada traición y de cada decepción. No podemos vivir pensando en que quizá un día se haya acabado lo que tenemos. No podemos prevenirlo ni evitarlo. Y cuando pasa, sólo nos queda el recuerdo. El mismo que quizá algún día, no conservaremos. No me arrepiento de nada, todas las personas que han formado parte de mi vida y que ya no están dejaron su huella. Y gracias a todos ellos, ahora soy como soy. Y ya sea con dolor o no, salieron de mi vida. Y he sentido alivio, porque he comprendido que la mayoría de esas personas no podían aportarme nada más. Y que lo mejor es que cada uno siga su camino, de forma paralela, confiando en que no volveremos a cruzarnos y en que si lo hacemos, las heridas estarán cerradas.
"Algunos creen que para ser amigos basta con querer, como si para estar sano bastara con desear la salud. "
Aristóteles
viernes, 15 de abril de 2011
¿Distancia?
Esta entrada va dedicada a todas esas personas que me han recordado alguna vez que, lamentablemente, Dani vive a 535 kilómetros de mí. Aunque sé que, probablemente, ninguna de ellas la leerá nunca. No considero que se trate de comentarios ofensivos ni con malas intenciones. Reflejan la realidad, la misma que me lleva a reflexionar y a darme cuenta de una serie de aspectos que quiero compartir entre estas letras.
Sí. Es muy duro estar lejos de la persona a la que amas. Levantarte cada mañana y pensar que vas a pasar otro día sin él. Es muy difícil llevar una vida normal, seguir cumpliendo tus obligaciones, ir cada día a la uni (bueno...), salir de compras, dormir... Y pensar que todas y cada una de esas pequeñas cosas querrías hacerlas con él. Pero hay que aceptar que, por ahora, no es posible. Y hay que aguantar. Esa es la base de todo. Tener el valor suficiente y la paciencia como para esperar que pasen todos los días que faltan para que podamos estar juntos de nuevo. Cada minuto se hace eterno, pero finalmente llegará el momento en que nos reencontremos. Y los días o las horas en que estemos juntos, mirándonos, abrazándonos besándonos... Valen todo el sufrimiento y la agónica espera de los días anteriores.
Gracias a todo esto, me estoy sorprendiendo a mí misma, porque estoy descubriendo que soy mucho más fuerte de lo que pensaba. Con todo lo duro que es, ni siquiera se me ha pasado por la cabeza el abandonar. No, ni de coña. No pienso rendirme. Y sé que voy a aguantar todo el tiempo del mundo, porque estoy viviendo lo más intenso y significativo que he vivido jamás. Y porque no puedo imaginarme ahora sin Dani a mi lado. No me cansaré de luchar.
Así que seguiré oyendo esos comentarios. Pero sonreiré al hacerlo y afirmaré con voz alta y clara que no me importa que vivamos lejos. Que la distancia no puede robarme la felicidad.
martes, 12 de abril de 2011
535
El mes de marzo pasado fue uno de los mejores de mi vida por muchas razones, pero para mí la más importante está estrechamente relacionada con este número.